La singularidad del monoteísmo en el Islam.


Por Hisham Muhammad:

En el nombre de
Allah (SWT) el Misericordioso el Compasivo, toda alabanza pertenece a Allah (SWT). Lo alabamos y buscamos Su ayuda, guía y a Él nos arrepentimos. Buscamos refugio en Allah (SWT) de los males de nuestro propio ego y de nuestras acciones malas. A quien Allah (SWT) guía, nadie puede desviar, y a quien Él desvíe nadie podrá guiar. Atestiguo que existe nadie que tenga el derecho a ser adorado excepto Allah (SWT), y atestiguo que Muhammad es su siervo y Mensajero.


Vemos a adeptos de otras religiones asegurar que su religión es la más monoteísta, la más pura...etc. No obstante, al someter las doctrinas de tales religiones a un escrutinio vemos que sus pretensiones caen por su propio peso. Hago énfasis en la palabra "doctrina" para evitar confundir las enseñanzas de las diferentes religiones con los actos de individuos que dicen pertenecer a ellas 
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Por ejemplo, en casos como el cristianismo, nos encontramos con el concepto de trinidad como algo fundamental en su credo, aunque aseguren que detrás de esta tricotomía se encuentra una unicidad indivisible. Este concepto está en directa contradicción con el monoteísmo. La trinidad como idea y concepto no está presente sólo en el cristianismo, sino en otras religiones como el hinduismo, donde los dioses Brama, Vishnu y Shiva son considerados como la trinidad hindú llamada Trimurti en Sánscrito. Son dioses que, según quienes los adoran, representan respectivamente los ciclos de creación, conservación y destrucción del universo 

En cuanto al judaísmo, nos encontramos con innumerables pasajes en la Tora  el Talmud…etc. que aseguran que Adonai, Yehweh…es UNO. No obstante, también nos encontramos con pasajes en sus diversos libros sagrados que contradicen el puro monoteísmo como veremos más adelante 

Se habla mucho de las tres religiones "Abrahamicas" como si fuesen las únicas religiones monoteístas del mundo. Sin embargo, existen otras como el Sijismo, la religión Drusa,…etc. que también comparten este rasgo 

El problema aquí es que se habla de monoteísmo como si este concepto solo determinara el número de deidades (dioses) en dichas religiones. Es decir, que hasta ahora hemos estado viendo el número de deidades presentes en las diferentes religiones. Así pues, dependiendo de si una religión dada existe la idea de un solo dios o más de uno, se le denomina a dicha religión monoteísta o politeísta respectivamente. Si seguimos esta clase de tipología de las religiones, entonces vamos a ver que nos encontramos con varias religiones monoteístas 

Sin embargo, el concepto de monoteísmo en el Islam va muchísimo más lejos de un simple número. El monoteísmo en el Islam es un concepto al que se denomina en árabe: Tawhid. El Tawhid es algo tan perfectamente delineado y definido en el Islam que es una realidad tangible y una ciencia exacta. Siguiendo este criterio, la religión no es definida como monoteísta sólo en función de su número de dioses, sino que existen varios fundamentos que lo determinan. Es una serie de fundamentos que hacen que el Tawhid y por lo tanto el Islam se establezcan inquebrantables. Mientras que la ausencia de dichos fundamentos y características en las demás religiones que hemos denominado monoteístas hasta ahora, hace que su teología no supere la conjetura 

Si la esencia del Islam pudiese ser resumida en un solo concepto, ese concepto sería sin duda alguna la unicidad de Allah (SWT). Este concepto es fundamental, imprescindible e indispensable en el Islam. Es tanta la importancia que radica en él que sin creer en él, uno deja de ser musulmán. De ahí que el primer paso para entrar en el Islam es hacer la declaración de que no hay deidad que se merezca ser adorada más que Allah (SWT), y que Muhammad es su mensajero 

Los eruditos más célebres de la historia del Islam han estratificado el Tawhid en tres diferentes esferas, de igual importancia, dichas categorías han sido delimitadas tomando como fuente los versículos del Corán que así lo indican, a continuación veremos resumidamente las tres categorías 

La primera categoría es Tawhid Ar-rububiya: Monoteísmo de dominio y señorío

La creación representa no solo nuestro mundo, del que somos conscientes, sino que engloba otras dimensiones, como el mundo animal, el mundo de los océanos, e incluso algo tan microscópico como un átomo resulta ser un mundo en sí mismo, realmente complejo y de dimensiones inalcanzables.
Allah (SWT) dice en surat Los Profetas, versículo 22 

“Si hubiera en ambos (los cielos y la tierra) otros dioses que Allah (SWT), verdaderamente estos perecerían. ¡Gloria a Allah (SWT)! Señor del trono por encima de lo que le atribuyen.

En este sentido, el monoteísmo en cuanto se refiere a afirmar la soberanía y dominio de Allah (SWT) sobre su creación, gira en torno a su reconocimiento como único Creador y Sustentador de toda la creación y como tal es su único Dueño verdadero y Señor genuino 

El uso del nombre Allah, es una cuestión de terminología. Como sabemos, en el Islam existe un gran número de bellos nombres y excelsos atributos de Allah (SWT). Como ejemplo menciono: Al-Adl (El Justo), Al-Haq (La Verdad), Al-Nur (La Luz), Al-Salam (La Paz ), Al-Rahman (El Misericordioso)…etc 

No obstante, la palabra Allah es la más idónea en este contexto, ya que es un sustantivo que lleva artículo determinante y es un nombre concreto que viene a significar El único Dios. Además, esta palabra no tiene plural en árabe, adopta siempre el singular, y no es afijada (sin prefijos ni sufijos). 

Estas distinciones lingüísticas se pueden ver comparando por ejemplo la palabra dios en español que tiene un femenino (diosa), puede llevar un artículo determinante o no (el dios), tiene un plural (dioses) y puede describir a un –falso- dios, a diferencia de la palabra Allah (SWT) en árabe que es inmutable. 

El Corán formula una pregunta crucial, que todos nunca deberíamos ignorar: ¿Acaso surgieron de la nada [sin Creador] o son ellos sus propios creadores? (52:35)

Ante tal pregunta trascendental, hay que dejar a lado nuestro propio ego, nuestra obstinación y nuestra cobardía a reconocer nuestra subordinación con respecto a nuestro Creador. También, hay que alejarse de teorías que tratan de demostrar de forma desesperada lo que simplemente no se puede demostrar: que el universo surgió por hazar, o dicho de otra forma, por arte de magia. 

La segunda categoría es Tawhid al uluhiya: (Monoteísmo de adoración)

Un resultado natural del hecho de que Allah (SWT) sea el único Creador es que sólo Él se merezca nuestra devoción y nuestra adoración basadas en nuestro más profundo amor. 

Primero, hay que vaciar nuestros corazones de todos los falsos dioses que anidan en ellos, todo hombre, mujer, árbol, piedra, vivos o muertos, dinero o fama que nos han ocupado hasta ahora, que consideramos nuestra verdadera meta... son simplemente un ídolo que se alza en medio de nuestros corazones, y que ya es hora de romper. Es preciso vaciar nuestros corazones de esos ídolos, allanar el camino para nuestro despertar espiritual y dar acceso exclusivo a nuestra adoración a Quien realmente se merece la importancia más primordial en nuestro corazón: nuestro Creador y Sustentador, Allah (SWT).

Así evitamos estar entre aquellos que Allah (SWT) describe en la siguiente ayah:

“Y adoran, fuera de Allah (SWT), aquello sobre lo que no se ha hecho descender ningún poder y sobre lo que carecen de conocimiento. No hay nadie que pueda auxiliar a los injustos.” (Al-Hajj 22:71)

De eso se trata la shahada (o declaración de fe): si nos fijamos en la primera parte del enunciado, “la ilaha” (No hay dios), es claramente una negación. Es decir que estamos negando la existencia de un ser que se merezca nuestra adoración, devoción y dedicación. No obstante, la segunda parte del enunciado “illa Allah (SWT)” (excepto Allah (SWT)) es una excepción que confirma la regla. Aclara y presenta al Único que realmente se merece dicha devoción, adoración y dedicación. Por lo cual, es imposible asumir la realidad de que Allah (SWT) es el único Dios, hasta llevar a cabo la negación y evacuar a los falsos dioses que anidan en nuestros corazones. 

Esta adoración no debe de basarse en una fe ciega. El Islam nos ordena basar nuestra creencia en conocimientos, en otras palabras, hay que conocer a Allah (SWT) primero, y así se llega a amar a Allah (SWT). Uno no puede amar a aquellos que ni si quiera conoce. Necesitamos conocer a Allah (SWT) y su infinito poder y su saber.

Para ello, tenemos disponibles dos vías que se entrelazan y se complementan, dos libros abiertos ante quienes los quiera leer y comprender: la creación y la revelación.

La creación de Allah (SWT), el cosmos entero testifica de la unicidad de su Creador, por lo cual el ser humano está predispuesto a llegar a la conclusión de la existencia y la unicidad del Creador, siempre y que su visión no se vea nublada por doctrinas antinaturales e ídolos artificiales. 

La segunda vía es la revelación que canaliza ese amor al Creador para no desviarse del camino recto e inclinarse hacia el error, y no caer en el exceso ni en el defecto. Ya que, si bien la contemplación de la creación es un recordatorio de nuestro Creador, dicha creación por sí sola no es suficiente para llegar a la verdad dadas las limitaciones de la mente humana que requiere de orientación divina para llegar a buen puerto. 

En este sentido, cito el siguiente versículo del Corán, que me parece realmente hermoso y único.

“Sabe que no hay dios sino Allah (SWT) y pide perdón por tus faltas y por los creyentes y las creyentes. Allah (SWT) conoce vuestro ir y venir y vuestra morada.” (47:19)

Muchas han sido las revelaciones de Allah (SWT) a sus profetas y mensajeros que fueron enviados a toda las naciones, hablando sus idiomas y guiándolos a través de los tiempos. No obstante, en nuestra era, sólo queda una revelación en su estado original que a diferencia de las demás ha sido protegida de la manipulación y las falsificaciones. Dicha revelación es el Sagrado Corán.  

Dos subcategorías del Tawhid que están incluidas en esta segunda categoría, son tawhid al ittibaa que consiste en seguir a Allah (SWT) y a sus profetas y mensajeros, siendo Muhammad (P) el último de ellos y siendo la Sunna la recopilación antológica de sus  enseñanzas. Debemos pues seguir su guía, y adorar a Allah (SWT) de la manera que él nos enseñó. 

La otra subcategoría de Tawhid al uluhiya, es tawhid al hakimiya: se trata de regir nuestras vidas con leyes que Allah (SWT) ha revelado. Las leyes que rigen la mayoría absoluta de los países del mundo hoy en día son leyes artificiales, hechas por los propios humanos, por lo cual son leyes injustas, interesadas, subjetivas y poco válidas fuera de los contextos espaciotemporales y socioculturales en las que fueron creadas. Mientras que las leyes que Allah (SWT) ha revelado para la humanidad en su libro y mediante la Sunna de su Profeta y Mensajero (P) son todo lo contrario. Son, de hecho, la única vía que tiene la humanidad para alcanzar la paz y la justicia en el mundo. 

Por lo cual, desestimar las leyes de Allah (SWT) y crear leyes ajenas al Corán y la Sunna es también un aspecto de politeísmo, ya que Allah (SWT) es el único legislador válido desde el punto de vista islámico.
Sin duda, Sin duda, esta es una categoría principal, que sólo encontramos en el Islam. Tawhid al uluhiya es el corazón del Islam. Es el propósito por el que Allah (SWT) creó toda la creación, para conocerle y dedicarle a Él nuestra adoración, única, exclusiva e indisputablemente.

Allah (SWT) dice en el sagrado Corán: “No he creado los seres invisibles y los seres humanos excepto para que me adoren a Mí”

Cabe indicar aquí que el Islam no es exactamente una religión, con las connotaciones que la palabra religión acarrear en Occidente. El Islam es un Din: la palabra “din” en árabe significa un estilo de vida.

Por lo cual, la adoración en el Islam no está confinada a la mezquita, ni es siempre una serie de ritos y rezos. Sino que se trata de vivir nuestra vida complaciendo a Allah (SWT) en todo momento en la medida de lo posible, siguiendo su guía y obedeciendo sus prescripciones.

Por último, la tercera categoría es la de tawhid al asmaa, wal sifat, wal afaal: (Monoteísmo en cuanto a nombres, atributos y actos)

Las religiones pseudo-monoteístas ajenas al Islam sólo cumplen una parte del Tawhid, o monoteísmo “puro y duro”. En las demás religiones que se autoproclaman monoteístas sólo encontramos algunos aspectos de la primera categoría: Tawhid arrububiya. Mientras que las dos otras categorías de Tawhid brillan por su ausencia. 

Dicho de otro modo, si preguntamos a un adepto de alguna de estas religiones, por ejemplo un cristiano ¿Quién es el creador y sustentador? Su respuesta sería directa y rápida, y nos diría Dios y la figura de Jesús en este caso pasaría a un claro segundo plano.

Mientras que si se le pregunta ¿a quién debemos adorar? Algunos dirían a Dios, otros dirán que a Jesús para que a su vez interceda por nosotros, algunos harían referencia a María, mientras que otros mencionarían a sus santos o vírgenes. Así pues, vemos como el segundo punto que hemos visto cumplirse en el Islam no se cumple en estos casos.

Y por último, en referencia al tercer y último punto, es decir tawhid al asmaa, wal sifat, wal afaal (Monoteísmo en cuanto a nombres, atributos y actos) vemos que estas religiones dan a Dios un carácter poco digno y lo describen de manera inadecuada. Por ejemplo, si hojeamos las páginas de la Biblia, nos encontraremos con un dios que olvida, se cansa, duerme…etc. Además de las innumerables descripciones antropomórficas que saltan a la vista. Como ejemplo, cito estos versos de la Biblia:

“Entonces despertó el Señor á la manera del que ha dormido, Como un valiente que grita excitado del vino.” (Salmos 78:65)

“Estuve mirando hasta que fueron puestas sillas: y un Anciano de grande edad se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su silla llama de fuego, sus ruedas fuego ardiente.” (Daniel 7.9)

También la expresión “Dios de Israel” describe a Allah (SWT) como un dios tribal.

En definitiva, la conclusión que podemos sacar de estos hechos es que las religiones del mundo categorizadas monoteístas, con la excepción del Islam, sólo tienen en cuenta Tawhid Arr-ububiya (1ª categoría del Tawhid) mientras que no cumplen en absoluto los demás aspectos del Tawhid. Dirigen su adoración y devoción a seres creados y atribuyen a Allah (SWT) descripciones alarmantemente inadecuadas e inaceptables incluso para las mentes más simples.

Por lo cual, podemos decir con total comodidad que el Islam es la única religión puramente y completamente monoteísta del mundo.
 
Pedimos a Allah (SWT) que nos enseñe aquello que ignoramos, que nos beneficie con aquellos que sabemos, y que nos guíe y nos haga firmes sobre el camino recto hasta encontrarnos con Él. Que Allah (SWT) haga que seamos sinceros en nuestras intenciones, en nuestras palabras y en nuestras acciones.

Pedimos a Allah (SWT) que de paz y bendiciones a su último profeta y mensajero Muhammad (P), a su familia, a sus compañeros y aquellos que le siguen hasta el fin de los tiempos. Walhamdulillahi rabbil ‘aalamin.




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